Cómo lo hacemos /
Perspectiva de género
En Elpida Psicología tenemos en cuenta en nuestro trabajo la perspectiva de género.
Puesto que en nuestra sociedad no es lo mismo ser mujer que ser hombre, este hecho debe siempre ser tenido en cuenta, ya que no son iguales las expectativas, lo que se espera de cada una o uno, las oportunidades, la autoestima, etc.
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En el caso de las mujeres
Todas las estadísticas coinciden: en aquellos países donde hay datos, las mujeres presentan el doble de problemas de depresión y más problemas de ansiedad y psicosomáticos.La identidad asignada a las mujeres, socializadas como seres para otros, nos sitúa en una posición de conflicto entre nuestras propias necesidades y nuestro papel de satisfacer las necesidades de las demás personas. Esta socialización de género, unida a las relaciones de poder, a la violencia y a nuestra posición en la sociedad, puede ser una fuente de sufrimiento. No se nos provee de una adecuada autoestima y se nos empuja a basar la conservación de la misma en el mantenimiento de relaciones afectivas, no importa el precio que paguemos por ellas.Nuestros proyectos de vida, nuestros deseos, etc. muchas veces son dejados de lado por iniciar o mantener una relación afectiva que no nos aporta lo que nosotras queremos.Si buscamos las consecuencias internas de esa desigualdad social, nos encontraremos con elementos que nos hacen vulnerables a una vida de infelicidad y sin libertad: baja autoestima, grandes exigencias de poner a los demás por delante, relaciones pobres con otras mujeres, sometimiento acrítico a los ideales sociales (patriarcales) de feminidad, una sexualidad limitada y basada en el placer ajeno, etc. subyacen en nosotras como lastres que dificultan nuestro bienestar.
Si a esto se añaden otras situaciones, como tener una discapacidad, ser una mujer trans, ser extranjera, etc. la vulnerabilidad puede aumentar y desbordar las capacidades de afrontamiento de la persona en un momento determinado.
En el caso de los hombres
La socialización de género en una sociedad patriarcal, también afecta a los varones, si bien de una manera más leve. La educación en un sistema que publicita ideales de masculinidad basados en el riesgo, la violencia y la falta de cuidado y expresión de los afectos, también genera hombres insatisfechos, que no alcanzan los estereotipos que se les imponen, o que los encarnan renunciando a la manifestación de sus emociones (a excepción de la ira, única emoción permitida para el ideal masculino tradicional). La homofobia también daña a los varones, tanto homosexuales como heterosexuales, al cercenar sus posibilidades de relación afectuosa con otros hombres, lo que genera dificultades para tener amistades íntimas ante quienes mostrar las propias vulnerabilidades.